História de Galicia:
Prehistória:
Los primeros vestigios realmente llamativos de la prehistoria gallega pertenecen a laépoca megalítica (4.000 años antes de C.) en la que Galicia presenta manifestaciones monumentales que la emparentan con
Más adelante, la edad de bronce (
Conquista Romana:
La conquista romana (137-
El cristianismo va cambiando la religiosidad popular pero esta permanece de un modo multiforme a través de mitos, ritos y simbolismos de singular riqueza. En el siglo IV aparecen las primeras sedes episcopales y en el mundo rural tienen un especial éxito las doctrinas priscilianistas. Prisciliano acabaría ejecutado acusado de magia y orgías sexuales, pero en
Pueblos Germánicos:
En los últimos años del Imperio romano llegan a Galicia los suevos, pueblo germánico que hace de ella un reino que durará siglo y medio. Tras un primer momento de conflicto con la población galaicoromana se produce una fusión social que se traduce en la participación de los galaicos en expediciones suevas por toda la península hasta la derrota de éstos en la batalla del río Orbigo contra los visigodos. Los suevos de Galicia, que se habían convertido al catolicismo incluso antes que los francos, se pasan al arrianismo con el fin de congraciarse con el vecino reino hispanovisigodo, pero las alianzas con Bizancio y los francos y la labor del canciller del rey suevo Teodomiro, S. Martiño de Braga dan lugar a una edad de oro del reino. Este vuelve a la antigua fe, se establecen obispados y parroquias y se combate sin mucho éxito el paganismo popular.
En esta época Galicia recibe el último aporte étnico con el asentamiento en el norte de Lugo de un grupo de celtas bretones que daría lugar, con el tiempo, a la sede eclesiástica de Bretoña y al obispado de Mondoñedo.El monarca visigodo Leovigildo acabaría con el reino suevo de Galicia en el año 585, pasando Galicia a ser una unidad administrativa del suyo.
Árabes:
La presencia árabe en Galicia es fugaz y no interrumpe los procesos socioeconómicos que conducen a una organización señorial típicamente medieval. Las zonas cristianas del noroeste peninsular quedan a salvo de la conquista y pronto se va configurando un reino cuya sede regia principal es Oviedo y posteriormente León. En las fuentes árabes, francas y romanas esta unidad política se denomina reino de Galicia pero nuestra historiografía prefiere considerarlo como reino astur-leonés. Determinados señores gallegos se resisten a integrarse en este reino, aunque el progresivo protagonismo de la más alta nobleza gallega en el mismo impide el éxito del secesionismo.
El reino de Galicia:
Determinadas crisis políticas determinarán que Galicia cuente con monarca propio y exclusivo en algunas ocasiones como con Ordoño II, su primogénito el rey Sancho Ordóñez, Vermudo II, D. García o Alfonso Raimúndez que tras ser coronado como rey de Galicia por el arzobispo Gelmírez acabará siendo rey de León y Castilla y Emperador "totius Hispaniae".
Sus sucesores Fernando II y Alfonso IX de Galicia y León, vertebran el territorio apoyando a los nacientes núcleos urbanos (A Coruña, Baiona, Ribadavia, Noia, Betanzos, Pontevedra... ) y a los monasterios (Oseira, Monfero, Sobrado, Ribas de Sil...) que disputan el señorío de amplísimas zonas a los nobles y a los obispos. Es una época florida donde empieza a dar los primeros pasos la lírica galaico-portuguesa y el románico llega a su apogeo.
Integración en la monarquía castellano-leonesa:
En el 1230, con Fernando III el Santo, el reino de Galicia se integra definitivamente en la monarquía castellano-leonesa. La independencia de parte de
El rey de Castilla se hará representar por la figura del Adelantado Mayor del reino de Galicia lo que no impide que el desequilibrio entre población y recursos y la depredación de una nobleza rebelde y agresiva desemboque en la revuelta "irmandiña". Es este un levantamiento popular que derriba fortalezas y durante los años de
Galicia queda en manos de una hidalguía autóctona rentista que vive del foro y construye los pazos, mientras que las ciudades tienen su representación institucional en
A partir del siglo XVI, la estabilidad política y los productos venidos de América como el maíz (millo) y la patata, provocan una explosión demográfica y un esplendor artístico que alcanzará su cénit en la época barroca. Los vinos gallegos se comercializan en Flandes, la ganadería en la península y la sardina y el pulpo tienen también éxito en los mercados. Sin embargo, sólo A Coruña y Baiona tienen ciertos derechos en el comercio con América.
Invasión napoleónica e história moderna:
La invasión napoleónica provoca un levantamiento popular y un renovado protagonismo de las instituciones propias como
En el siglo XIX, los reducidos avances en las comunicaciones son un obstáculo para la incorporación de Galicia al naciente mercado nacional. El retraso en la construcción del ferrocarril, la competencia de los altos hornos frente a las dispersas herrerías gallegas y de la industria textil catalana frente a los familiares telares de lino gallego impidieron un desarrollo industrial sólo visible en las conserveras de la costa. La modernización del campo se hace impracticable pues en Galicia la desamortización no atacó al mal de raiz que eran las rentas forales.
La política comercial exterior del gobierno no tuvo en cuenta a la ganadería gallega frente al mayor peso del proteccionismo a favor del trigo de la meseta. Este proteccionismo no se practicó frente a la entrada de tejidos extranjeros que acabó por estrangular el incipiente sector textil. El primer sistema impositivo español tampoco se adaptó bien a las peculiaridades productivas del campo gallego, lo que provocó un activo movimiento agrarista que combatió contra estas medidas y contra la hidalguía autóctona forista.Galicia sale, pues, del siglo XIX, con una economía atrasada y fuertemente ruralizada. La emigración masiva será la salida.
La especificidad del país va haciendo surgir un movimiento político-cultural que se conoce con el nombre de galleguismo. La reivindicación del idioma, la lucha contra el caciquismo y la recuperación del autogobierno en el marco de un Estado democrático serán obsesiones de escritores y pensadores como Rosalía de Castro, Pondal, Curros Enríquez, Murguía, Brañas, Risco o Castelao. Una primera puesta en escena en el marco de los pronunciamientos liberales del XIX acaba con los fusilamientos de Carral. El federalismo gallego consigue algunos éxitos fugaces pero habrá que esperar a
La lengua gallega:
La lengua, con un tronco lingüístico común con el portugués, hace que los gallegos y gallegas estemos especialmente unidos a los países lusófonos, especialmente a Portugal, con quien compartimos importantes trazos culturales, sobre todo en el norte.
La lengua gallega se habla en un territorio donde viven 2.800.000 personas, es el idioma principal del 65% de la población y más del 95% lo entiende. Es una de las lenguas románicas formadas después de la disolución del latín.
latín.
História de la lengua y la cultura gallega:
Con la llegada del Romanticismo a toda Europa, la cultura gallega vivió el ‘Rexurdimento’ (Resurgimiento) a mediados del siglo XIX, con figuras de la talla de Eduardo Pondal, Curros Enríquez o Rosalía de Castro, nuestra mejor y más internacional poeta, cuya obra trascendió países y generaciones, siendo influencia fundamental para toda la creación posterior en Galicia.
Ya en el siglo XX la cultura gallega vivió unos años de intento de normalización, gracias a los comienzos del movimiento galleguista, que se vió truncado por la irrupción del golpe de estado en 1936, que sumió Galicia y su cultura en un yermo durante 40 años de franquismo.
En los últimos tiempos de la dictadura y en los comienzos de la democracia se inició un segundo proceso de recuperación del tiempo perdido, un despertar de nuestra cultura en todos los ámbitos.
Patrimonio cultural gallego:
Galicia ha estado poblada desde épocas prehistóricas, por lo que en ella se encuentran miles de monumentos megalíticos –como dólmenes-, grabados rupestres, o castros –poblados fortificados de la Edad del Hierro–. También abundan los restos romanos, entre los que destaca la Muralla de Lugo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y la Torre de Hércules de A Coruña.
También han sido reconocidos por la UNESCO la ciudad y el Camino de Santiago, importante ruta de peregrinación cristiana, que durante la Edad Media fue una de las principales vías de comunicación cultural en Europa.
Con sus más de 30.000 núcleos de población, el paisaje gallego está profundamente humanizado. Y los asentamientos humanos albergan muestras del patrimonio arquitectónico y etnográfico del pueblo gallego. Dentro de este último destacan por su número y por su valor etnográfico los hórreos –especie de silos para secar maíz construidos en altura sobre soportes- y los cruceiros –cruces de piedra normalmente ubicadas en los cruces de caminos-.
Galicia cuenta así mismo con una riquísima cultura oral que, en el pasado, contribuyó a mantener viva la lengua gallega, y en la actualidad mantiene vivas tradiciones y costumbres milenarias que delimitan un vasto patrimonio cultural inmaterial en gran parte compartido con Portugal.
Los espacios de referencia en el ámbito del patrimonio histórico-cultural son el Museo do Pobo Galego, el Museo de Bellas Artes de A Coruña, el Museo Arqueológico de Ourense, el Museo Provincial de Lugo, el Museo de Pontevedra, el Archivo del Reino de Galicia, el Museo de las Peregrinaciones y el Museo-Castro de Viladonga.
La cultura gallega hoy:
Hoy la cultura gallega se asienta sobre unas bases estables, con una industria cultural en fase de consolidación y con un dinámico movimiento cultural. Los lugares de referencia en el ámbito del arte contemporáneo son el Centro Galego de Arte Contemporánea (CGAC) en Santiago de Compostela, el Museo de Arte Contemporánea de Vigo (MARCO) y la Fundación Luís Seoane en A Coruña. También está en construcción la Cidade da Cultura en Santiago, un ambicioso proyecto del arquitecto neoyorquino Peter Eisenman que estará finalizado en el año 2012, aunque los dos primeros edificios se inaugurarán en 2008.
Las principales instituciones oficiales en materia cultural son la Real Academia Galega, fundada en 1906 en Cuba, y el Consello da Cultura Galega, organismo que tiene como función principal asesorar al Gobierno gallego en este terreno. También han tenido una gran importancia en nuestro desarrollo cultural las tres universidades gallegas, especialmente la Universidad de Santiago de Compostela, que fue fundada en 1495.
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